domingo, 29 de agosto de 2010

TITULOS, MIERDA

La ley nos suprime por la misma mano negra que aparece de los inhumanos restos carcomidos del infierno, maldita sea. Mis enemigos siempre estuvieron a mi costado, ellos conocían mi pensar, mis demandas nunca fueron remarcadas, el enemigo siempre aparece en el espejo, es uno mismo. Pues bien uno puede sentarse en su silla y llorar, lamentarse, nunca demostrar
la verdad insólita de nuestros actos.
Qué curiosidad tengo por saber
los 20 años
los 30 años
quién sabe
las décadas donde el ácido informático
disiparán nuestras mentes
la barajada criolla
y los medios de comunicación
que aparentan ser interesantes
con colores epilépticos y mensajes burdos y obscenos.
Viva la patria televisiva.
Sí,
que viva.