domingo, 29 de agosto de 2010

sin título

La brisa es un aviso,
levántense de sus asientos,
miren a los jóvenes atentos a las pantallas
ellos conocen nuestras tragedias
son hojas que fueron blancas
ahora son ilegibles de tantos errores,
ahora los tiranos reman los barcos de destrucción,
pues angustia siento al echar
mi cabeza a la almohada.

La tranquilidad se sobrepone al presente
lo sé
lo sabemos
todos lo saben
ellos, tú, sobre todo
quien corre las calles de la supremacía,
los super mercados, de verde, no de oro
los eruditos de Babilonia
ellos creen en el atardecer catastrófico
en el nuevo amanecer del cráneo y los huesos.
Somos suficientes para construir
la barrera del cambio divino.

sólo quiero que mi sangre corra de grada
en grada
o de canal en canal

ellos sabrán lo que es
el verdadero despertar del hombre.
No me queda otra,
mis manos están atadas a la realidad.

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