jueves, 15 de abril de 2010

Viaje para uno (una ruta popular)

El tranvía estaba vacío;
ni un alma rondando por los viejos pasillos.
En la ventana, un destello de rocío
bellos;
ojos tuyos,
manos que dictan despedida,
hace unas horas fue más de una bienvenida.
A veces sueño con esta escena,
dicha la mía que se haya vuelto verdadera.
Sí! Tus recuerdos siguen conmigo, así
de tanto presionar como un pobre mendigo.
Las horas desempeñan la circunstancia trágica,
exigencias eruditas de la personalidad arcaica.
La avalancha de razones por terminar nos persiguen,
si tú fuiste la que excavó la zanja de la dicha,
importa mucho el tamaño del problema.
Clara duda veo en tus ojos,
nada se oculta en esos pozos verdosos,
aún veo, rostro! imagen supuesta entrepegada
en la ventana del tranvía!
Que siga conmigo, hasta el fín de la marcada travesía!

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