jueves, 20 de enero de 2011

(Tu ayer y mi presente)

Hago memorias de barro
con tu sombra retraída
y espontánea.
Odio tu ayer y mi presente, siempre.

Ahora que andas en otro marco,
el cuadro con mayor valor
estético de cuervos sedientos;
valores maltrechos, mira mi corazón.

No te creo, menos tu cigarro.
Y sin manos, no eres nadie.
Peor para aquella ninfómana,
tan agria como la sangre, que perfora.

Prendo mi cuerpo, las llamas son mi protesta
aclaro que me enfermas
y las náuseas aún por llegar.
Termino mi carta de piedad,
llegué a nuestra banca inicial
ahora los recuerdos en barro están
ilegibles pero interesantes,
fuiste la línea negra sin terminar.

No hay comentarios: