Lanza la moneda, te lo digo yo.
El amor son dos caras
que uno idealiza, otro rostro
la realiza, tal como se concreta.
Ahora mantengo un formato vago,
con ramas en el concreto
que flechas se vuelven, blancas y sonoras.
Sean mis pasos efímeros, pero decididos.
Dime si no estoy creando
un mundo de ilusiones
cuando debería forjar sólo
un camino de ello, basta decir.
Ten en cuenta mi palabra,
la tuya sólo me contamina de rojo
Y eso es lo que menos necesito.
Flechas y ramas, terminan siendo dagas sin filo.
Hazme feliz sólo siendo feliz
y que la redundancia sea la tenacidad
hacia mi corazón, abrir en su totalidad.
Todo o nada, la expectativa final de la moneda.
Sea tu gama de colores
la bienvenida hacia mi mundo de palabras
hagamos de la cursi realidad
algo menos mundano y más trascendental.
...Qué difícil es ahora,
me gusta, eso sí.
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