miércoles, 16 de marzo de 2011

No Más De Diez Minutos

Qué más puedo hacer, aparte de hablar y actuar, porque pensar también se está volviendo sobrevalorado en mi persona, tal como suena.

Podría empezar este dilema de muchas maneras, bien usando mi lado meramente romántico, impulsivo y de un léxico “ay-que-bonito-suena” o algo por el estilo, pero a la hora de la hora termina siendo cualquier huevada.

O también podría relatar esto de una manera más racional, pragmática, por no decir que se trata de mi lado realista, opuesto hacia el inestable mundo del amor y el romance en bruto, tal como suena.

En estos momentos estoy agarrando mi cajetilla vacía de cigarros y mi taza de café a medias, por muy cliché que suene. Trato de explicarte lo mucho que me ha ayudado el haber conocido a esta persona, lo mucho que ha aportado a mi lado racional y realista, vale decir también alpinchista en ciertos casos no muy concurrentes.

Mientras separo la taza de café –mi lado realista- y mi cajetilla vacía –mi lado romántico e impulsivo-, puedo crear una brecha considerable, como si fuesen dos mundos completamente distintos, nunca vecinos, sólo la tragedia de los hechos los hacen agua y aceite, universos paralelos, o en mi caso para no sonar tan rimbombante con los ejemplos, digamos que son unos treinta centímetros de diferencia entre un objeto y el otro.

Ahora demuestro el equilibrio que he ganado con el tiempo, con los días en haberla visto, las palabras que sucumbían hacia la ilusión perpetua de lo que podría pasar después. El tiempo, la experiencia, las heridas superficiales terminan con un significado. Todo esto lo digo mientras golpeo y samaqueo el encendedor amarillo que saqué de mi bolsillo, justo en el medio entre la taza y la cajetilla, creándome todo un mundo gráfico y propio, para variar.

Muchos podrían decir que al final, el que se hace todo un mundo en la cabeza soy yo. Pues, si no fuese así, al no tener un planeta donde poner mis pies, estaría flotando en el espacio sin nada concreto con el cual podría sostenerme.
(...)