Quiero pisar la nueva tierra de hielo
el eterno frío me envolverá
en su manto cariñoso de la sonrisa de otoño.
Tal como te vi por primera vez.
Que mis huellas sean más
que pasados acústicos y palabreos rimbaudeantes.
¡Vaya mi suerte aparecida después del sol,
muriendo desangrado por la daga de la oscuridad!
Sean tierras y árboles tus tretas
y mis versos de carga, promesas aún por romper,
vale decir que más que mostrar tu rostro radiante,
más que el sol, eres mi nueva teoría heliocentrista.
Si hago o digo poco, es mucho para pensar
y criticar, tal cual Dios hizo su primera mueca.
Eres más que simples hechos y jugarretas del destino.
Haces que mis pupilas se vuelvan sonrisas.
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