martes, 1 de febrero de 2011

Algunos trabajan, otros estudian, y otro pequeño grupo de personas simplemente no hace nada. Digamos que yo estudio, bien no por iniciativa propia, pero simplemente no quería sentirme inútil durante el verano. Es increíble cómo el tiempo se pasa volando, algo que se está volviendo muy intrigante para mí. Todo el transcurso de la mañana a la tarde es efímera, claro que lo es. Veo mi reloj y lo que más me importa es tomarme un café, fumarme unos cigarros y si es posible, tener alguna compañía a mi costado. Eso constituye bastante mis días sin obligación alguna, dejando de lado los cursos que estoy llevando en la universidad, claro. Es interesante despertar con una idea en la cabeza, sea lo que sea. Bien abro los ojos, algo aparece en mi cabeza, constante. Constante y sonante, retumba mi cerebro, jodiendo hasta tal punto de pararme y hacerlo. Y ahora veo que es de noche y sólo me espera la mañana del día siguiente.

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