domingo, 10 de enero de 2010

Ansiedad

Ansiedad

Era de noche, ni frío ni ropa cubría mi cuerpo.
Lo raro era que algo invadía mi cuerpo, aura tibio
producido por la proximidad intimidante de nuestros cuerpos.
Escuché un sollozo, de culpa enigmática y cierta ternura,
dijiste lo que sentías en pleno apogeo de romanticismo involuntario.
Por hacerte la complicada, tú misma te hiciste la mierda, lo inexplicable y complicado.
No esperaste una respuesta mía y me quitaste el aura, ahora frío.
No terminaré este llamado poema hasta saber que mi ansiedad acabará
cuando sepa lo que en serio deseas saber de mí, dejar las cosas en claro.
Tú dices que ya terminó,
pues yo digo que ni siquiera pudo comenzar.

No hay comentarios: