domingo, 22 de julio de 2012

Supongo

(...) Supongo que a veces uno no tiene una expectativa tan grande, sabiendo que su alpinchismo alcanzó niveles considerables desde una mala pasada con una mala persona, poniéndolo de una manera supuestamente entendible.

Supongo que a veces caigo sutilmente en la esperanza de cogerla de las piernas y pegar su vientre hacia mi cuerpo. Porque, lo siento, no es posible ser sabio y estar enamorado al mismo tiempo, no se puede, no jamás sino nunca y lo digo tan en serio como el que puede escribir con una mano sin pensar en algo malo y las mente libre de líquidos atrofiantes, debo mencionar.

Supongo que si no entiendo lo que está pasando, y lo que pasará de acá a más allá, entonces mi ruta está libre de pecado, porque uno hace lo que debe de hacer y ser consciente de por medio si uno no quiere ganarse con unas lágrimas de sales no apreciables.

 Supongo que si sigo los pasos del manual, UNO DOS TRES Y CUATRO, los ensambles son tan subjetivos como ella a la hora de gritarme lo primero que siente cuando la dejo en la puerta de su casa. No me importa mucho que digamos.

 Supongamos que nunca dije eso. (...)

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