domingo, 4 de septiembre de 2011

Domingo

Uno se despierta y siente que su vida volvió a la normalidad, un clásico domingo, agradeciendo el hecho de haber dormido y despertarte con vida. Luego de ver el primer destello de luz que entra por tu ventana, piensas lo afortunado o afortunada que eres de ver todo como era antes, antes de ese sábado trágico o amargado. Eso estará bien para ti, supuestamente, ya que lo haces cada fin de semana. Esto te sirve para entender lo frágil que puede ser la franja espacio-tiempo entre tus vivencias y lo que te puede esperar después. Hay que tener cuidado, pero un cuidado vasto y sin arrepentimientos. ¿Cuántos años tienes? 18, 19, 20, 21, 23, 25. Está bien, todo está bien, mientras no dejes empañadas las ventanas, el cielo seguirá siendo gris aún así te hayas levantado con tus peores demonios entre las sábanas, esperando el clásico jugo de naranja, esperando el clásico jugo de papaya, esperando y sólo haces eso, esperar. Se notan las venas en mis manos, no sé cómo tomar eso...o bien siento que algo anda mal, o mi alpinchismo se está yendo por las nubes. Sea cual sea, tengo que guiarme por el carril de la realidad, 2:30 pm. y todo sigue su curso, ser sociedad, hacer trabajos y la utilidad de mis manos y mi cerebro para el bienestar común, junto con 1234567890 millones de personas en este mundo. Bienvenido seas, suerte, te deseo éxitos.

1 comentario:

. dijo...
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