La luna está calata, desnuda
frívola como tu espalda inmunda.
Caes en pedazos, bien cantas tus fantasías
pero aúllas tus plegarias carnívoras.
Pretendes vestirte de luto,
pues matices a ti para qué, donde reglas aquí y allá
son meras redes infernales, porque
tu bandera es mi ceniza, y tu luz ya no es más mi brisa.
Cantemos tu muerte, proclamaré lo que es mío
tú entre rejas y yo entre espadas.
No importa, veamos quién aprieta el gatillo indefinido
pues tu epitafio será mi carnada.
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